LUIS
ECHEVERRIA ALVAREZ
En
1946 ingresó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en donde trabajó
para el presidente del partido, como secretario del general Rodolfo Sánchez
Taboada. Lo siguió a la Secretaría de Marina. Fue oficial mayor de la
Secretaría de Educación Pública. En 1958 fue nombrado subsecretario de
Gobernación. En 1964 fue nombrado secretario de Gobernación por el presidente
Gustavo Díaz Ordaz. En esta época ocurrió la trágica matanza de estudiantes en
la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968.
El 8
de noviembre de 1969 fue designado candidato a la presidencia de la República
por el PRI, el 5 de julio de 1970 fue electo y el 1 de diciembre asumiría el
cargo.
Presidente de México (1970-1976)
Desde
el inicio de su administración, Luis Echeverría logró un acercamiento con los
jóvenes universitarios; en especial con los de la UNAM. Durante 1968 y 1971 el
presupuesto de la UNAM creció en 1,688%, el sector burócrata aumentó de 600,000
en 1972 y a 2.2 millones en 1976, empleando en gran cantidad a egresados
universitarios de los 60. En el gabinete había un 78 por ciento de egresados de
la UNAM, inclusive un líder del 68, llamado Francisco Javier Alejo, fue
designado director del Fondo de Cultura Económica.
El
10 de junio de 1971 tuvo lugar una manifestación estudiantil en la Ciudad de
México en apoyo a los estudiantes de Monterrey. Éstos fueron recibidos por un
grupo paramilitar al servicio del estado, llamado "Los Halcones". El
presidente se desligó de los hechos y pidió la renuncia del entonces jefe del
Departamento del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez. Estos hechos se
conocieron con el nombre de El halconazo o la Matanza del Jueves de Corpus.
Aunado
a la crisis internacional provocada por la escasez de petróleo, aumentó de
forma considerable el gasto público, emitiendo papel moneda sin valor y
contratando deuda. Durante su mandato se dio la primera crisis económica desde
el inicio del llamado "Milagro Mexicano". Además, se lanzó a la
compra de empresas al borde de la quiebra para sostener los empleos, pero a
costa de ineficiencias y corrupción. Durante su gobierno se abandonó el tipo de
cambio fijo que existía desde 1954, de $ 12.50 por dólar, al final de su
sexenio llegó a los 20 por dólar. La deuda externa aumentó de los manejables
6,000 millones de dólares que había heredado Díaz Ordaz a más de 20,000
millones de pesos
El
presidente estadounidense Richard Nixon (izquierda) y Luis Echeverría haciendo
una inspección de tropas en 1972.
Realizó
viajes a países de Europa, África y América Latina. Su gobierno fue muy cercano
a los regímenes socialistas de Chile y Cuba. Dio asilo a Hortensia Bussi,
esposa del presidente chileno Salvador Allende, cuando éste murió en 1973
después de ser derrocado por el golpe de Estado de Augusto Pinochet. También
dio asilo político a gran número de exiliados provenientes de las dictaduras de
América del Sur. Pero tuvo mano dura con los movimientos de izquierda nacional.
Realizó la llamada Guerra Sucia, durante la cual una gran cantidad de personas
fueron torturadas y desaparecidas. Durante su gobierno murieron los
guerrilleros Genaro Vázquez y Lucio Cabañas.
Al
apogeo de su sexenio se desató una ola de secuestros y asaltos a bancos por
grupos guerrilleros de izquierda. El caso más famoso fue el intento de
secuestro y asesinato del empresario regiomontano don Eugenio Garza Sada, el
secuestro de uno de sus secretarios y de su suegro. Para 1975, la situación
guerrillera había sido neutralizada, y se creó un ambiente favorable para una
amnistía para los encarcelados bajo su sucesor.
Entregó
la presidencia a José López Portillo, quien se había desempeñado como secretario
de Hacienda en la segunda mitad de su sexenio. Echeverría buscó el puesto de
secretario de la Organización de las Naciones Unidas, pero la cedió a Kurt
Waldheim.
Después de la presidencia
En
2002 fue el primer funcionario político citado a declarar ante la justicia
Mexicana por la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en
Tlatelolco en 1968 y la matanza de 1971.
En
febrero del 2006, a sus 84 años, estuvo hospitalizado por un problema de irrigación
sanguínea en el cerebro.
El 4
de abril del 2006 se le embargaron un total de 14 terrenos en la isla de
Cozumel por deudas fiscales municipales acumuladas en 30 años, que acumulaban
casi 2 millones de pesos.
El
30 de junio del 2006 un juez federal ordenó su arresto por la matanza de
1968.[cita requerida] Fue absuelto el 8 de julio del 2006, debido a la
prescripción del delito en noviembre de 2005. Terminó su arraigo domiciliario.
El
30 de noviembre del 2006 el magistrado Ricardo Paredes Calderón, del Segundo
Tribunal Unitario de Primer Circuito de Procesos Penales Federales le decretó
auto de formal prisión por el delito de genocidio por las matanzas de
estudiantes en 1968 y 1971, pero el 20 de marzo siguiente un tribunal federal
le concedió la suspensión definitiva del auto.[cita requerida] El 26 de marzo
de 2009 un tribunal federal decretó la libertad absoluta del ex presidente, así
como su exoneración del cargo de genocidio por los hechos de Tlatelolco. El 14
de noviembre de 1969 fue elegido candidato del Partido Revolucionario
Institucional a la presidencia de la República. Triunfó en las elecciones de
1970 y gobernó desde el 1 de diciembre del mismo año hasta el 30 de noviembre
de 1976. Su período presidencial cargó con las consecuencias de la represión
oficial del movimiento estudiantil de 1968 (matanza de Tlatelolco) bajo el
mandato de su predecesor, Gustavo Díaz Ordaz. En el ámbito internacional se
iniciaba un fenómeno de inflación-recesión que tuvo efectos relevantes para
México.
El
gobierno de Echeverría optó por una política de apertura para restaurar la
normalidad de la vida democrática. En cuanto a las relaciones exteriores,
pretendió diversificar el comercio y las fuentes de tecnología y
financiamiento. Durante todo su mandato, la tasa de inflación creció hasta
alcanzar el 27 por ciento anual. En su último informe de gobierno dio a conocer
una brusca e irrefrenable devaluación del peso frente al dólar, la primera en
más de dos décadas.
Tras
dejar la presidencia a su sucesor, José López Portillo, fue nombrado embajador
de México ante la UNESCO en París hasta 1979, año en que fue enviado como
representante diplomático a Australia y Nueva Zelanda. Posteriormente se hizo
cargo en México del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo y
asumió la presidencia de la Asociación Latinoamericana de los Derechos Humanos
(ALDHU). Obtuvo el título de abogado por parte de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Fue secretario particular del general Rodolfo Sánchez
Taboada, presidente del Partido Revolucionario Institucional, donde desempeñó
las funciones de secretario de prensa y oficial mayor. Desde 1958 se convirtió
en un cercano colaborador de Gustavo Díaz Ordaz, quien al asumir la presidencia
lo nombró secretario de Gobernación. Desde ese cargo ganó las elecciones de
1970. Durante su sexenio el modelo económico basado en el desarrollo
estabilizador llegó a su fin y el país entró en crisis. Echeverría mantuvo la
política de mano dura contra los opositores al régimen reprimiendo a
estudiantes e implementando la “guerra sucia” contra los movimientos armados
clandestinos. Por otra parte, la política exterior se caracterizó por su
relativa autonomía frente a Estados Unidos. Al término de su gobierno fue
designado representante de México en la UNESCO y luego embajador en Australia.
También formó parte del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer
Mundo La agresión ejercida contra los manifestantes y algunos periodistas
nacionales y extranjeros que se encontraban en el lugar de los acontecimientos
cumpliendo con su deber de informar, tuvo como trágica consecuencia algunas
decenas de heridos y varias personas muertas. Estos hechos merecieron la
condena de todos los sectores y muy especialmente de quienes debemos velar por
la tranquilidad pública y la seguridad de los ciudadanos.
La
ley prevé, sin excepción alguna, los instrumentos de que el Estado puede hacer
uso para la preservación del orden. Los regímenes democráticos se definen, en
última instancia, por la limpieza de los procedimientos que emplean a fin de
salvaguardar las instituciones.
Giramos
instrucciones a la Procuraduría General de la República para que iniciara una
investigación que deslindara responsabilidades y condujera al castigo de los
culpables. Le hemos ratificado que profundice y active la investigación.
En
su oportunidad reprobamos, categóricamente, los sucesos del 10 de junio. Ante
la representación nacional, reiteramos hoy al pueblo de México que habremos de
mantener la autoridad legal de los poderes democráticamente constituidos y la
fuerza moral de su investidura. (Aplausos 15 segundos.)
Hemos
solicitado a nuestros compatriotas que refrenden todos los días el pacto
contraído por el sufragio. Hemos hecho lo posible para fortalecer la unión
entre los mexicanos. Nos queda un largo trecho que habremos de avanzar juntos,
en el
empeño
de perfeccionar las instituciones y alcanzar un desarrollo equilibrado y justo.
Hoy
los exhortamos para que preservemos nuestro más valioso patrimonio: la
libertad. La democracia no es un don gratuito: se conquista por la
participación consciente en los asuntos públicos y por el respecto a los
derechos de los demás. Demanda valor cívico, responsabilidad social y espíritu
de tolerancia. Es el camino que hemos elegido. A las nuevas generaciones
debemos legar un sistema de convivencia pacífico, civilizado y creador.
Sólo
los inconscientes pueden sentirse satisfechos del progreso alcanzado. El
porvenir del país nos preocupa a todos, pero no lo enfrentemos con
incertidumbre, sino con ánimo resuelto, fruto de un optimismo reflexivo.
Luchamos
porque nuestra vida social sea más equilibrada y activa. Conocemos los
obstáculos y las fuerzas que se oponen a nuestros propósitos. Sabemos a quiénes
benefician nuestras eventuales discordias.